Les comparto el audio de mi reflexión para el domingo XXXI del tiempo Ordinario, Ciclo C 2013. Sigan el vínculo para escuchar o bajar el audio a su ordenador.
lunes, 28 de octubre de 2013
Audio/reflexión sobre las lecturas del domingo 3 de noviembre de 2013.
REFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS DEL 3 DE NOVIEMBRE DE 2013 31° DOMINGO ORDINARIO CICLO C
A.-
LECTURAS
Sb 11,
22-12,2 << Señor, el mundo entero es
ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae
sobre la tierra. Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras
los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos
los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa,
no la habrías creado. Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses
querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado? Pero
a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. Todos llevan tu
soplo incorruptible. Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les
recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti,
Señor. >>
Sal 144
<< Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. El Señor es
clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es
bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. Que todas tus criaturas
te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de
tu reinado, que hablen de tus hazañas. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. >>
2 Ts 1, 11-2,
2
<< Hermanos: Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de
vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la
tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros,
y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. Os
rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de
nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por
supuestas revelaciones, dichos o cartas atribuidas a nosotros, como si
afirmásemos que el día del Señor es inminente. >>
Lc 19, 1-10
<< En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un
hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién
era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más
adelante y se subió a un sicómoro, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en
seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa." Él bajo en seguida y
lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha
entrado a hospedarse en casa de un pecador."
Pero Zaqueo se puso en
pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los
pobres; y si a alguno he defraudado, le
restituiré cuatro veces más." Jesús le contestó: "Hoy ha llegado la
salvación a esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del
hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido." >>
2.- REFLEXIÓN
Por su parte, el Señor
cierra los ojos ante nuestros pecados, de nuestra parte, ¿nos arrepentiremos?
Jorge Arévalo Nájera
Las lecturas de hoy, establecen
principios teológicos inmutables al mismo tiempo que establecen la correspondiente
respuesta humana y finalmente la consecuencia soteriológica para el hombre. De
tal modo que el mensaje global se articula en una doble línea, la teológica
(acción divina) y la antropológica (respuesta humana a esa acción divina) con
un colofón en el que se declara la salvación humana. Veamos con mayor
detenimiento los elementos de los textos:
Clave de acceso a la
vida espiritual (pórtico de entrada):
Reconocimiento de la diferencia
ontológica abismal entre Dios y sus creaturas, que son apenas nada ante la
majestuosidad del Señor (Sb 11, 22); un elemento
indispensable en la experiencia cristiana, es el reconocimiento de la absoluta
diferencia entre Dios y el hombre. Parece una verdad de perogrullo, pero a
nivel de las consecuencias espirituales (forma concreta de vivir la fe), no
parece que esta sea una verdad asumida e interiorizada. La forma de dirigirse a
Dios en la oración, por ejemplo, es muy sintomática en muchos cristianos, que
acaban convirtiendo a Dios en el remedio infalible para sus males
intramundanos, y así, le piden salud, dinero, trabajo, amor, casa, vestido.
Este tipo de “relación” con Dios se basa en el << toma y daca>>,
<< te doy si tú me das>>, <<hago cosas por ti, siempre y
cuando tú me correspondas>>. El respeto a Dios –y respeto en teología
bíblica es el asombro, el embelesamiento, la estupefacción, la maravilla que
causa el Misterio a causa de su otreidad absoluta- tiene una consecuencia
práctica inmediata: Ante Dios me postro y espero de él LO QUE ÉL QUIERA DARME,
no lo que yo pienso que necesito. Esta es la actitud que abre la puerta a la
gracia, ni más ni menos, es el pórtico de entrada a una relación auténtica de
comunión con el Señor, solamente así la acción de Dios en el hombre se hace
efectiva, transforma y lleva a plenitud el ser.
A)
Acción teológica:
2.-El amor universal compadecido de Dios, que
es la expresión más lograda de su omnipotencia;
esto significa que Dios no ama por parcelas, a unos cuantos elegidos
afortunados, sino que todos los hombres son sujetos de su amor. Pero además, el
Señor no ama en abstracto, desde lejos, todo lo contrario, COMPADECE, es decir
<<padece con>>, sufre con los hombres, recorre sus caminos, asume
sus anhelos y la consecuencia de sus yerros, es un auténtico Emmanuel.
Es verdad que solamente se le puede ver con la
luz de la fe, pero ésta nos permite descubrirlo activamente presente en los
momentos más difíciles de nuestra existencia, en el cáncer que va minando poco
a poco la salud de nuestro ser amado y que sin embargo sabe abrirse a la
Presencia, en la precariedad económica que se descubre como espacio de libertad
y solidaridad, en el regocijo inexplicable del amor que se alimenta de sí mismo
y que no depende de la respuesta del otro, sí, allí descubrimos al Dios que se
compadece de nosotros. El amor de Dios pone en marcha la historia de la
salvación y también el itinerario espiritual del creyente.
3.-El objeto de su longanimidad es el
arrepentimiento, la conversión y la fe del pecador; sin embargo, el
“movimiento” amoroso universalista, compadecido de Dios hacia los hombres no es
un simplón sentimiento, es amor dinámico que exige una respuesta. Dios es
paciente –milenios de historia lo demuestran-, incuba el pecado del hombre
esperando que por fin la semilla de su Espíritu florezca en el corazón humano.
La historia es el tiempo de la misericordia y la longanimidad, pero también es
el tiempo del juicio, de la decisión, de la toma de postura ante Dios y su
propuesta. Ni el pasado ni el futuro son reales, son una ficción de la mente,
una entelequia, un constructo de la mente para ayudarnos a entender nuestro
devenir en la historia. El presente –aún con su fugacidad e inaprensibilidad- es
lo único real, el aquí y el ahora por ello, son el espacio y el tiempo para la
salvación. El amor de Dios urge al arrepentimiento (reconocimiento del propio
pecado y la connivencia con el pecado estructural de la sociedad), la
conversión (cambio de mentalidad, inversión total de valores, cosmovisión
teológica) y la fe (adhesión existencial totalizadora). Dios no es ningún
viejito bonachón de luengas barbas que
todo lo tolera, es El Amor que exige crecimiento hacia la plenitud, es El
Camino que se propone pero requiere indefectiblemente de la voluntad humana de
ponerse a caminar, es La Vida que se comunica gratuitamente pero que para
hacerse vida en el hombre requiere que éste abandone sus actitudes de muerte,
es La Verdad que destruye la mentira y libera a los hombres para que estos
puedan ejercer su libertad responsablemente.
4.- La absolutez y
permanente acción de Dios como creador de todas las cosas;
esta longanimidad de Dios se manifiesta de manera contundente en el acto
creador, que no se reduce a un momento puntual (creatio ex nihilo), sino que es acción permanente de sustentación
en la vida, no solamente biológica sino y sobre todo en la vida sobrenatural o
definitiva. A nivel espiritual, esta verdad revelada tiene como consecuencia el
descubrimiento del sentido de mi vida como obra de Dios. Mi vida no es el
resultado azaroso de la combinación cromosómica, no es obra de la casualidad ni
de un destino fatal, es un proyecto pensado en la intimidad de Dios, querido y
proyectado desde y para el Amor. Mi vida tiene entonces un protos y un telos, un
principio y una meta hacia la que se dirige conducida por la providencia del
creador de todas las cosas.
5.- La participación de
la fuerza divina a todas sus creaturas; el hombre no
ha sido abandonado a sus solas fuerzas, ha sido creado como dialogante válido y
corresponsable en la obra creadora de Dios –al menos como administrador de lo
creado- y para ello ha sido dotado de una capacidad, el hombre es capax Dei, capaz de Dios, apto para
responder a sus requerimientos. Desde luego que esto también es gracia, pero lo
que importa es que ha sido dotado del pneuma,
de la fuerza divina para vivir las exigencias del Amor con que es amado. Las
cosas participan de esa fuerza en la medida en que el hombre vive la alianza,
la comunión de vida con Dios y con sus hermanos, entonces, la fuerza divina se
manifiesta esplendorosa en la creación entera, que así se dirige hacia su
culminación en Cristo para llegar finalmente a su origen, El Padre.
B)
Respuesta antropológica:
1.- Alabanza, bendición
y acción de gracias (Salmo); la respuesta humana
al amor universal, compadecido, creador y longánime de Dios, se articula en
tres vertientes: Alabanza (no se trata de la mera alabanza verbal al
estilo de las comunidades carismáticas, sino del reconocimiento existencial
mediante las obras del amor que responde al Amor. Bendición (que cuando
se trata de la bendición del hombre hacia Dios es siempre declarativa, se trata
de un decir humano que testimonia la transformación interior que el Señor ha producido,
por lo tanto, la bendición tiene toda la fuerza del testimonio mediante la
palabra, testimonio que declara que el Amor es el único camino para que se
logre la plenitud ansiada).
Acción de gracias
(se trata de una vida entregada, oblativa, de un darse por entero en servicio a
los hombres, es a fin de cuentas una vida que testimonia su nueva creación por
la sangre y el agua que han brotado del costado abierto de Cristo).
2.- Reconocimiento de
la insuficiencia, esforzarse por lograr la visión teológica en Cristo, la
comunión de vida con él mediante la renuncia a la riqueza injusta y el
compartir con los necesitados (Lc); la plenitud humana
brota de la gracia, nunca del esfuerzo humano, sin embargo, la gracia
antecedente, el movimiento de Dios que se encarna dirigiéndose hacia el hombre,
no excluye el movimiento del hombre dirigiéndose hacia Dios (Jesús entra a
Jericó y Zaqueo sube al sicomoro para ver a Jesús). Claro que inclusive ese
subir de Zaqueo es ya una respuesta a la gracia antecedente, pero es también
movimiento libre del hombre, es acción antropológica en búsqueda del
Trascendente. Zaqueo reconoce su insuficiencia (es de corta estatura), pero eso
no le amilana, al contrario, le impulsa a buscar metas más altas, él quiere
“ver” a Jesús para “ver” como Jesús (visión teológica). Una vez encontradas las
miradas (momento místico) viene la invitación de Jesús a Zaqueo para que le
hospede en su casa. Bien sabemos que la hospitalidad entre los pueblos semitas
es mucho más que un gesto de amabilidad, es una declaración de comunión de
vida. Entre las tribus nómades del desierto, acogerse a la hospitalidad de una
tribu significaba una petición de comunión de vida, de protección y aceptación
para siempre. Violar la hospitalidad traía como consecuencia la muerte.
La vida cristiana no es
otra cosa que aceptar a Jesús en la propia vida, recibirle en la propia casa es
decirle que de ahora en adelante su suerte es la mía, que sus valores y
principios son los míos, que mi vida no la entenderé sino es a partir de él, de
sus opciones y preferencias. Recibir a Jesús es mucho más que entronizar una
imagen en el centro de la sala o en un oratorio, recibir a Jesús es comulgar
con su cuerpo (servicio por amor a los hombres en obediencia total al Padre) y
con su sangre (vida entregada hasta el extremo).
Y el primer signo de la
libertad que se consigue al comulgar con Cristo, es la pobreza, el
reconocimiento de que sólo él basta, de que él es la perla por la cual vale la
pena vender todo lo que se tiene para adquirirla. Desde luego que sólo
entonces, cuando el centro de gravedad se desplaza a Cristo es posible
desprenderse de lo que antes se consideraba como propio para compartirlo con
los indigentes y restituir lo defraudado, es decir, aquello que por derecho le
correspondía a otros y nos lo hemos apropiado, y el fraude no solamente lo
cometemos con bienes materiales, también podemos defraudar a los que tienen
derecho a nuestro tiempo, a nuestra presencia, a nuestra palabra de consuelo.
C.-
Consecuencia soteriológica (salvífica): la plenitud
humana (Lc), sólo entonces, cuando el hombre se ve liberado de sus esclavitudes
y descubre que la fraternidad compartida es el camino de la comunión con
Cristo, el hombre es declarado como salvo, es decir hombre pleno que vive con y
para los demás.
Gracia y paz.
martes, 15 de octubre de 2013
Audio/reflexión sobre las lecturas del domingo 20 de octubre de 2013.
Les comparto el audio de mi reflexión sobre el tema de la misión cristiana, a partir de las lecturas del Domingo Mundial de las Misiones 2013.
VÍNCULO AUDIO: http://www.ivoox.com/reflexion-20-octubre-2013-domingo-mundial-naciones-audios-mp3_rf_2451878_1.html
VÍNCULO AUDIO: http://www.ivoox.com/reflexion-20-octubre-2013-domingo-mundial-naciones-audios-mp3_rf_2451878_1.html
REFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS DEL 20 DE OCTUBRE DE 2013 DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES
1.
LECTURAS
Za 8, 20-23 <<Así
habla el Señor de los ejércitos: Vendrán asimismo pueblos y habitantes de
muchas ciudades. Los habitantes de una
ciudad irán a otra, diciendo: “Vamos a apaciguar el rostro del Señor y a buscar
al Señor de los ejércitos; yo también quiero ir”. Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán
a Jerusalén a buscar al Señor de los ejércitos y a apaciguar el rostro del
Señor. Así habla el Señor de los
ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las
naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestiduras y le dirán:
“Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes”.
>>
Sal 66 << Ten piedad de nosotros y
bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora. Las naciones con júbilo te canten, porque
juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la
tierra a las naciones. La tierra ha
producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga Dios y que le
rinda honor el mundo entero. >>
Ro 10,9-18 << Porque si confiesas con tu boca que Jesús es
el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás
salvado. Con el corazón se cree para
alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: El que cree en él,
no quedará confundido. Porque no hay
distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que
colma de bienes a quienes lo invocan. Ya
que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo
creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo
predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se
los envía? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pasos de los que
anuncian buenas noticias! Pero no todos
aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: Señor, ¿quién creyó en nuestra
predicación? La fe, por lo tanto, nace
de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de
Cristo. Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: por toda la
tierra se extiende su voz y sus palabras llegan hasta los confines del mundo.
>>
Mc 16,15-20 << Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo,
anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que
no crea, se condenará. Y estos prodigios
acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán
nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un
veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y
los curarán».
Después
de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la
derecha de Dios. Ellos fueron a predicar
por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los
milagros que la acompañaban. >>
2. REFLEXIÓN
DECLARAR CON LA BOCA Y
CREER CON EL CORAZÓN PARA PODER SALVARSE
Lic. Jorge Arévalo Nájera
Hoy, la Iglesia celebra
el Domingo Mundial de las Naciones y nos exhorta a recuperar en toda su
densidad el imperativo con que Cristo mismo envía a sus discípulos a predicar
la Buena Noticia. Predicar la Palabra de Cristo no es algo optativo, no está
reservado a unos cuantos privilegiados, es una nota característica fundamental e
irrenunciable de todos los bautizados.
Por lo tanto, resulta
de vital importancia ahondar y meditar con toda seriedad sobre la Palabra que
hoy, Dios nos dirige para iluminar nuestro ser misionero. La primera lectura,
tomada del libro del profeta Zacarías enfatiza
el aspecto teleológico (final) de la misión: << Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes.
>> El pueblo de Israel ha sido
puesto por Dios en medio de las naciones para que haga resplandecer su gloria y
atraiga hacia sí a todos los hombres, sin distingos de razas, credos, sexo,
etc. Todos deben verse atraídos irresistiblemente por el Dios que habita en
medio de su pueblo.
Es verdad que Israel no
se ha caracterizado nunca por su afán proselitista o misionero, pero Zacarías
deja bien en claro que la Palabra debe ser predicada, que las maravillas que
Dios ha hecho y sigue haciendo en su pueblo deben ser anunciadas y compartidas
con todos los hombres. De este anuncio brota en el corazón de todos aquellos
buscadores de Dios, el deseo irrefrenable por conocerle más a fondo, de
sumergirse en el Misterio inefable de su amor. Zacarías nos aporta además un
dato eclesiológico de vital importancia; el que de verdad quiera encontrarse
con el Dios de la vida, no puede prescindir de su pueblo. La relación con el
Dios de la Biblia pasa indefectiblemente por la relación con la Iglesia.
Pero ojo, que quede
bien claro que cuando digo “Iglesia” no me refiero solamente a los curas o
religiosos consagrados, ni tampoco a rituales, doctrinas o dogmas, estoy
haciendo referencia sobre todo, al pueblo pequeño, a ese resto fiel a Yahvé del
que tan elogiosamente habla la tradición profética, a esos pequeñines
insignificantes a los ojos del mundo pero que en realidad son la niña de los
ojos de Yahvé, su especial tesoro y germen del nuevo mundo que se gesta en la
entrañas de la historia. Me refiero a todos aquellos que esperan confiadamente
y contra toda lógica mundana la salvación que solamente puede provenir de Dios
y que en medio de su opresión levantan su clamor confiado a su Padre/Madre de
los cielos. Si se prescinde de ellos en la búsqueda de Dios, entonces solamente
se encontrarán fetiches, amuletos, ídolos creados a nuestra imagen y semejanza,
que podrán tranquilizar momentáneamente la conciencia e inclusive hacernos
creer que tenemos una relación real con el Señor, pero en el fondo, son
quimeras alienantes que destruyen, sofocan y oprimen la vida.
Pero volvamos a nuestro
tema, el del anuncio de la Buena Nueva. En la segunda lectura, tomada de la
carta de San Pablo a los Romanos, el apóstol de
los gentiles –ciertamente un epíteto que le viene muy bien a colación en este
Domingo de las Misiones- hace una afirmación que debe ser muy bien entendida
para no caer en errores teológicos y espirituales muy graves: << Basta que cada uno declare con su boca que
Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los
muertos, para que pueda salvarse. >>
Si creemos que Pablo
está diciendo que es suficiente pronunciar una cierta confesión de fe acerca
del señorío de Jesús y tener una convicción sentimental sobre la realidad de su
resurrección para sentirnos libres de la condenación, simple y sencillamente NO
HEMOS ENTENDIDO A PABLO.
Para entenderlo,
debemos “bucear” un poco en la mentalidad semita del apóstol (recordemos que
era un fariseo de pura cepa y que su forma
mentis fue moldeada en las tradiciones ancestrales de Israel, a pesar de
que se haya criado en ambiente griego). En primer lugar, para un semita, la
palabra no es un simple sonido articulado que posee un sentido práctico y que
sirve para comunicarse con los demás. La palabra es la expresión verbal de la
interioridad de quien la pronuncia y por ello, es reveladora del misterio
personal. Una palabra mentirosa revela vacuidad, inconsistencia, dilución de la
identidad, mientras que una palabra que se verifica en acciones concretas,
habla de consistencia, identidad bien definida, autoconocimiento y autoposesión.
De aquí, que cuando
Pablo afirma que BASTA con declarar con la boca el señorío de Jesús, está
hablando de que dicha declaración es la expresión verbal de algo que ya sucede
en el interior del individuo y que supone una verificación empírica mediante
acciones concretas de cara a la propuesta de Jesús. La palabra explica la causa
de los actos y los actos confirman la verdad de la palabra. Si pongo la otra
mejilla cuando me golpean y al mismo tiempo declaro la causa de mi actitud ante
la violencia, entonces estoy declarando con mi boca que Jesús es el Señor. Si
mis acciones contradicen mi declaración, entonces mi palabra es blasfema por
mucho que ponga cara de misticismo cuando hablé de Jesús.
Por otro lado, “creer”
para un semita, no significa simplemente la aceptación acrítica de una serie de
postulados doctrinales, creer o tener fe, significa adherirse existencialmente
a una propuesta de vida, en este caso la de Jesús. En suma, proclamar –o declarar- y vivir –creer-
son realidades dialécticas que se iluminan y juntas forman una sola realidad,
la del hombre salvado que glorifica con su palabra y su obrar al Señor Jesús.
Es precisamente así que
Jesús encomienda a sus discípulos ir por el mundo, anunciando la Buena Nueva a
toda la creación, haciendo llegar de palabra y obra el amor liberador y salvífico
de Dios manifestado en Cristo Jesús.
Ahora bien, Marcos hace hincapié en la respuesta que espera de los
destinatarios ante la predicación del Evangelio; bautizarse y creer. Luego
entonces, aquí no se trata del bautismo y la fe como dones de Dios, sino como
respuesta del hombre ante dichos dones.
Bautizarse significa en
este texto de Marcos “dejarse sumergir en el Misterio de amor anunciado por los
discípulos”, Misterio que será explicitado por Mateo “bautizarse en el nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Pero sólo se bautiza el que se
abandona confiadamente –cree- en el Señor Jesús como única posibilidad de
salvación, de plenitud, de liberación integral, de paz y gozo infinito.
Los frutos que devienen
de esta fe/inmersión son abundantes y sorprendentes; arrojar demonios en su
Nombre (expulsar eficazmente ideologías opresoras y alienantes que impiden a
los hombres ser felices), hablar lenguas nuevas (pronunciar palabras con
plenitud de sentido para todos, palabras que realizan lo que anuncian, paz y
bien para todos), cogerán serpientes en sus manos (dominio total sobre las
criaturas, que así pasan de ser ídolos a árboles deleitosos a la vista y buenos
para comer), beberán veneno mortal sin que les haga daño (estarán en el mundo,
con sus ideologías mortales, pero no serán del mundo sino que poseerán la
sabiduría que viene de lo alto) y sanarán a los enfermos (los signos visibles
del pecado, -que así eran consideradas las enfermedades- desaparecerán porque
la palabra sana desde la raíz al ser humano.)
Gracia y paz.
lunes, 7 de octubre de 2013
Audio/reflexión sobre las lecturas del 13 de octubre de 2013.
Les comparto el audio de mi reflexión para el próximo domingo 13 de octubre de 2013.
VÍNCULO AUDIO:http://www.ivoox.com/reflexion-13-octubre-2013-28-ordinario-ciclo-c-audios-mp3_rf_2425122_1.html
VÍNCULO AUDIO:http://www.ivoox.com/reflexion-13-octubre-2013-28-ordinario-ciclo-c-audios-mp3_rf_2425122_1.html
Reflexión sobre las lecturas del domingo 13 de octubre de 2013.
Les comparto mi reflexión para el domingo 13 de octubre de 2013.
Sigan el vínculo:https://www.dropbox.com/s/fzk8fjvb854ai3c/Reflexi%C3%B3n%2013%20octubre%202013_28%C2%B0%20ordinario%20ciclo%20C..pdf
Sigan el vínculo:https://www.dropbox.com/s/fzk8fjvb854ai3c/Reflexi%C3%B3n%2013%20octubre%202013_28%C2%B0%20ordinario%20ciclo%20C..pdf
martes, 1 de octubre de 2013
Audio/reflexión sobre las lecturas del domingo 6 de octubre de 2013.
Reflexión teológico/espiritual sobre las lecturas del domingo 6 de octubre de 2013. El mal en el mundo y la esperanza como fuerza transformadora.
VÍNCULO AUDIO: http://www.ivoox.com/reflexion-6-octubre-2013-27-ordinario-ciclo-c-audios-mp3_rf_2407137_1.html
Un abrazo.
VÍNCULO AUDIO: http://www.ivoox.com/reflexion-6-octubre-2013-27-ordinario-ciclo-c-audios-mp3_rf_2407137_1.html
Un abrazo.
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