sábado, 13 de octubre de 2012

Perdón a título personal.


Hace algún tiempo un hermano de la Iglesia Luterana se acercó a un sacerdote católico después de la Misa y le preguntó si podría comulgar en una próxima ocasión. La respuesta del ministro me dejó perplejo "pues no es conveniente porque católicos y protestantes no creemos exactamente en lo mismo con respecto a la Eucaristía, no tenemos plena comunión". En alguna ocasión, este mismo hermano me invitó a su celebración eucarística y yo recibí, a la misma pregunta una respuesta totalmente diferente: "claro, hermano, a la mesa del Señor son invitados todos aquellos que crean que Cristo está presente en las especies consagradas de manera real, verdadera y sustancial".
Yo no sé si se trate de ignorancia o de plano de un prejuicio estúpido -bueno, de hecho todos los prejuicios son estúpidos-, pero ¡cuánto mal hace la ignorancia o la estupidez a la unión de la única Iglesia de Cristo. Yo estoy de acuerdo que si no crees en la Presencia de Cristo en el pan y el vino, sería una blasefemia o al menos una falta de respeto manducar las especies consagradas y desde luego que sería una irresponsabilidad ofrecer a Cristo sacramentado a un incrédulo, pero negar la comunión en base a la consideración de que "no se cree de la misma manera" es algo insensato y aberrante. Es confundir la luna con el dedo que la apunta, las palabras con la realidad que significan, el lenguaje con la esencia íntima que se expresa en él. 
¡Un aplauso, sigan así, sumidos en sus prejuicios dogmáticos y la unión que soñó Jesús en su única Iglesia nunca será una realidad! Yo ofrezco, -aunque sea a título personal- una disculpa a mi hermano en Cristo y a todos aquellos que de una u otra forma han sido excluidos o lastimados por esta clase de sacerdotes que se creen poseedores en exclusiva del amadísimo Jesús. Créanme, no todos los católicos ni todos los sacerdotes carecemos de sentido común, sensibilidad y respeto hacia los hermanos que simplemente expresan la misma fe con un lenguaje o unos conceptos diferentes.
Paz y bien.

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